domingo, 30 de enero de 2011

♠ CULTURA, ARTE Y POESÍA EN EL DISTRITO DE SAN JUAN DE LURIGANCHO, LIMA-PERÚ

INVITAMOS A TODOS LOS AMIGOS AMANTES DE LA CULTURA Y EL ARTE, A LOS SOLIDARIOS Y NO SOLIDARIOS, INCLUSIVE A AQUELLOS QUE NOS LES GUSTA, PARA QUE APRENDAN A AMAR LA CULTURA.

LOCAL: IEP "PACO YUNQUE"  Alt. del paradero 5 de la Av. Wiesse en Mariscal Cáceres. Tef. 3924849 o 990034356.


A LA GENTE DE SAN JUAN DE LURIGANCHO SOBRETODO.

jueves, 27 de enero de 2011

♠ "El árbol" NOVELA DE MIULER VÁSQUEZ GONZALES, escritor tarapotino, se presentó con éxito

REZISTENCIA presentó la novela "El árbol"

Se presentó la tan anunciada novela "El árbol", del autor peruano, Miuler Vásquez González. Debo decir al respecto..., mejor no digo nada. Dejo los comentarios de Jorge Mesía Hidalgo y Teodomiro Chinguel Santos, dos de los comentaristas de las obras. Porsupuesto tambien pongo fotos.

JORGE MESÍA HIDALGO DIJO:


Debo expresar, primero, que me agradó mucho leer este libro. El dinamismo en la narrativa y la locuacidad del personaje o personajes, que, finalmente, resulta siendo el mismo autor, son sus mayores atractivos, en mi modesto parecer. Hay una especie de congruencia alterada en el discurrir del relato, sin que ello, si lo lees con mucha atención, altere el buen entendimiento de la historia. “El Árbol” es una obra escrita en monólogo y realizada brillantemente por el escritor Miuler Vásquez González. Debo decir también que el monólogo es utilizado por todos los escritores y en todos los géneros literarios, sin embargo el joven autor de “El Árbol”, lo hace con tal naturalidad en el extenso contenido de su obra, que no dudo en decir que es una cualidad innata en él, un don recibido y un talento manifiesto a través de sus escritos.

Tengo poco tiempo de conocer a Miuler, sin embargo siento que somos amigos de toda la vida, aparte la zalamería y la hipocresía. Es que este personaje joven de la literatura sanmartinense, demuestra, en cada gesto y en cada expresión, una sencillez y una sensibilidad únicas, propias, sólo de esas personas destinadas a ser grandes entre los grandes. Por eso es que he accedido a colaborar con él en la presentación de su obra, además, porque considero que forma parte del inicio de una nueva generación de autores, de una pléyade de talentosos escritores y poetas que darán brillo, sino es ahora, más adelante, a las letras en el Perú y en el mundo.

Como epílogo de mis palabras, vaya mi recomendación y sugerencia de leer esta magnífica obra, recordándoles que la lectura ennoblece el alma y enriquece el espíritu, y recordando, también, la conocida frase del escritor lamista Carlos Mactangrunaca: “No hay cultura sin lectura”. Muchas gracias.


TEODOMIRO CHINGUEL SANTOS DIJO:(Parte del comentario)

LA NOVELA DE LA LOCURA O LA NUEVA VERSION DE ELOGIO DE LOCURA DE ERASMO DE ROTTERDAM 
La novela de Miuler es un libro que desafía a nuestra capacidad de atención y paciencia, hace del lector su cómplice y lo increpa como cualquier “amigo” y luego para revelarle con sinceridad las cosas que cuenta y las cosas que piensa sobre sus amigos y de los que lo rodean, dice sus verdades sin medias tintas. Desafía nuestra paciencia y compresión por el sentido de la construcción narrativa por que no hay capítulos ni temas definidos ni personajes ni lugares concretos, no una si no varios narradores, llevándolo al lector ha irritarlo y desesperarlo, o lees el libro por que eres su amigo, o lees el libro por que eres inteligente y culto y para que no te creas que eres un cabeza hueca, porque a lo mejor te observa “que mi amigo realmente le faltaba un cerebro” (Pg 16). Tú decides, lo lees o lo rechazas de plano, lo lees por que algo te dirán esas voces. Por que sabe que no estamos acostumbrados a este tipo de relatos o libros, si no a todo lo que es común y lo común según se puede concluir después de leer el libro es el facilísimo de las cosas con que los hombres y mujeres buscan, que como el príncipe del relato, nuestra generación está “creciendo en un ambiente de Facilísimo” (Pg 21), quieren el éxito pero sin esfuerzo, y el autor nos refiere que para ser personas fuera de lo común y tener éxito en la vida “único debes ser”, por que somos de “sangre única” (Pg 33)

En lo esencial, el autor busca un hacer un relato, novela cuento o ensayo o parábola, alegoría, fábula, mito o lo que sea, un libro experimental, a partir de unas voces que nacen del conflicto emocional de un ser sin tiempo ni espacio, o de algún personaje que toma el control de la historia y habla el mismo de lo que son y los de los que están al otro lado o fuera de las páginas (Pg 61), (“que tiene apariencia de tener problema psicológicos y mentales”) con una dosis de locura que les parece la ecuación perfecta para decir lo que quiera y contar lo quiera y como quiera, por que nada de esto importa al fin y al cabo, nada es seguro, es terreno muy movedizo, es muy peligroso verlo y analizarlo desde un solo punto de vista.

De la tradición narrativa o posibles influencias

Si embargo, su antecedente remoto puede estar en el libro de Erasmo de Rotterdam, en su Elogio a la Locura, en el capitulo primero Habla la estulticia:

“Diga lo que quiera de mí el común de los mortales, pues no ignoro cuán mal hablan de la Estulticia incluso los más estultos, soy, empero, aquélla, y precisamente la única que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres.” (Pg 1) La estulticia como ente narrador que sirve para decir burlonamente y jocosa lo que ve del comportamiento y del mundo académico bastante aburrido de sus contemporáneos y decir las verdades amargas, las mentiras verdaderas sin caer en lo pueril y vulgar. Pero en este caso nuestro autor lo hace de manera distinta, obscura, absurda, críptico, laberintico con la razón y la sin razón, reflexiva y contradictoria, no busca hacer reírnos ni gozar de lo placentero de la lectura, si no hacernos ver y sentir y pensar a partir de frases y palabras que hacen alusión a personajes bíblicos, históricos y fantásticos, a problemas universales y locales, sobre nuestra condición humana que juega en dos polaridades, el ser y no ser, esa otra mitad que soy y que oculto, el lobo y el cordero que soy, el santo o le demonio mismo. En estas menciones parecen libros referentes como El Hamlet de Shakespeare y el Lobo Stepario de Herman Hesse. (...)


Aquí las fotos, con las disculpas del caso a nuestro amigo, declamador y artista, José Antonio Morales, que no fue captado recitando...






Alexander Albán Alencar, presidente de la Cámara de Comercio

Dahpne Viena Oliveira






Antoni Bocanegra, tocando la trompeta

Miuler Vásquez, autor del libro



De Izq. a Der. Félix Maquén, Jorge Mesía, Ethel Linares, Miuler Vásquez, Dahpne Viena, Hildebrando García, Gavino Quinde, Teodomiro Chinguel


De Izq. a Der. (parados) Roldán del Águila, Félix Maquén, Jorge Mesía, Ethel Linares, Miuler Vásquez, Dahpne Viena, Hildebrando García, José Antonio Morales, Teodomiro Chinguel, Cristian Melendez, Carlos Maktangrunaka, Carlos Tafur. (abajo): Manolo Rojas, Gavino Quinde, Mardell Tello, José Quinteros 


lunes, 24 de enero de 2011

♠ MAPUCHE ( pueblo originario chileno) TODO UN PUEBLO ENJUICIADO

LOS POETAS, ESCRITORES, HERMANOS DEL ARTE, NO PODEMOS SER AJENOS A LA IGNOMINIA Y ATROPELLOS QUE VIVEN LOS PUEBLOS POSTERGADOS. NUESTRA SOLIDARIDAD DESDE ESTA TRIBUNA CON EL PUEBLO MAPUCHE. LIBERTAD A SUS POBLADORES INJUSTAMENTE DETENIDOS Y RESPETO A SUS DERECHOS.

Niños torturados para que delaten a sus padres y tíos; mujeres abandonadas con manos y brazos atados; hombres que son enjuiciados con cargos de terrorismo por pertenecer a una comunidad mapuche ¿El Chile de Pinochet? No. Es el Chile “socialista” a lo Bachelet o “democrático” a lo Piñera, homenajeado por Alan García y el Congreso Peruano. 

El 17 de enero de 2011 han comenzado los alegatos finales en el juicio a ocho comuneros mapuches contra los que no hay ninguna prueba más que la declaración de “testigos protegidos”, testigos a los que no se puede identificar y que por lo mismo no puede saberse qué grado de credibilidad tengan, que no se sabe además si son reales o inventados, si tienen alguna animadversión contra los imputados, si son acusados que saldrán en libertad a cambio de su declaración.
 
(1) Los mapuches son víctimas de discriminación y represión. 
(2) Natividad Llanquileo, dirigente del pueblo mapuche.

En el Perú de Fujimori tuvimos los jueces sin rostro. Ya sabemos que la Comisión Interamericana de derechos humanos ordenó que los juicios se rehicieran. Si el juicio a los mapuches se rehiciera sin testigos ocultos no habría ninguna prueba contra los comuneros. Pero ellos ya han pasado un año y ocho meses en prisión. Mientras la CIDH se pronuncia y el juicio se repite pueden llegar a seguir encarcelados por lo menos un par de años más.

El delito de ser mapuche

Lo único realmente probado en el juicio a los mapuches es que se trata de una acusación parcializada, racista, violatoria dederechos humanos. La parcialización no puede ser mayor. Normalmente el Ministerio Público representa a toda la nación. Debe investigar imparcialmente y puede declarar inocencia. 

En la acusación a los comuneros mapuches leemos que la fiscalía Chilena ha renunciado a esta representación nacional para asumir la de una de las partes. Dice a la letra: “terceras personas ingresaron al interior del predio Labranza, contra la voluntad de mi representada, Forestal Crecex S. A.”
Pero no sólo eso. Ante la ausencia total de pruebas se ha aplicado una lógica ajena al debido proceso. Basta ser mapuche para ser sospechoso. Luego de eso será necesario probar la inocencia contra la lógica del derecho penal que dice que la inocencia debe presumirse hasta que se pruebe la culpa. 
Muchos testigos son llamados sólo a declarar que los mapuches son violentos y, como los acusados lo son, está comprobado que son una “horda de fieras” como alguna vez dijo “el diario más serio de Chile”, el mismo que apoyó a Pinochet.

Si cualquier persona roba madera o provoca un incendio sin víctimas personales se aplican leyes que dan penas de pocos años. Si los mapuches hacen lo mismo se aplica la Ley Antiterrorista.

Peor que Pinochet

Cuando Pinochet aprobó esta ley, en plena dictadura, sólo era aplicable si había muertos o heridos. Cuando los mapuches comenzaron a recuperar tierras el gobierno “democrático” extendió la aplicación para delitos contra la propiedad. 

La Concertación probó que no sólo continuaba la política de Pinochet, incluida la Constitución y la Ley Antiterrorista, sino que la empeoraba.

Las violaciones de los derechos humanos en el juicio han sido pan del día. Los familiares han denunciado torturas, presiones indebidas, secuestro, hostigamiento a familiares etc. 


De la propia acusación se ve que se trata de un juicio político. Se presenta como pruebas banderolas, libros, portales de internet. Incluso folletos sobre otros movimientos sociales. 

La lucha del pueblo mapuche es la lucha de todos los pueblos originarios de nuestro continente. Desde la independencia criolla las repúblicas latinoamericanas fueron implacables con los indígenas. Todo el peso de los estados nacionales se dejó caer sobre las comunidades nativas que aún sobrevivían.
 
El juicio a los mapuches no es más que la continuación de esta política. Podemos reemplazar “mapuche” por “quechua” o “awajun” y estamos ante los mismos problemas del Perú. 

Daniel Mathews

PIDEN SOLIDARIDAD PERUANA
Los familiares de los presos nos piden que enviemos cartas o mensajes a la Embajada de Chile, con copia a Natividad Llanquileo: nllanquileo@gmail.com. Es algo absolutamente fácil de hacer pero que nos dejará con la satisfacción de que estamos desde aquí participando en la defensa de los derechos humanos de nuestros pueblos originarios.

♠ JOSÉ MARÍA ARGUEDAS EN LA PLUMA Y RECUERDOS DE LUIS ALBERTO VÁSQUEZ (Moyobamba)

Molinos de viento
Centenario de José María Arguedas
El escritor de todas las sangres…
Escribe: Luis Alberto Vásquez.

El 18 de enero de este año se cumple el centenario del nacimiento del escritor de todas las sangres, José María Arguedas, y aunque el gobierno no haya escuchado el clamor popular para que este año se le rinda un homenaje merecido, los pueblos más olvidados de la patria le harán el reconocimiento cantando sus canciones, volviendo a releer sus libros y volviendo a soñar a pesar de los desencuentros y de los zorros de arriba y los zorros de abajo, con los ríos profundos de nuestras esperanzas en una patria justa, libre y más humana.

Era el año de 1978 cuando Arguedas llegó a mi vida para siempre. Estudiaba en Barrios Altos, Lima, en el colegio de la policía que lleva el nombre del rebelde Túpac Amaru y en cuyas aulas, bravas como los ríos profundos, tenías que defender tu espacio y tu nombre, frente a los más pendejos del colegio.

Cursaba el cuarto año de secundaria y nos gobernaba un militar llamado Francisco Morales Bermúdez y ese año los estudiantes de Lima, comenzamos a hablar de política y queríamos como todo el país, que se acabe la dictadura. Pero también la patria jugaba el mundial de fútbol en Argentina, bajo el comando del capitán Héctor Chumpitaz Gonzáles y el arquero argentino Ramón Quiroga. Los goles de Cubillas,la magia de Sotil y la velocidad de J.J. Muñante, nos hacían olvidar por momentos la oscura patria donde vivíamos.

Peloteábamos en la cancha de Santa Lucía y nos “tirábamos la pera” por el camal de matamulas, el cementerio “El Angel”, la calle Gallinazos y 5 esquinas, donde vivían unos chinos que mataban gatos en ese barrio histórico, donde años más tarde otra dictadura la tiñó de sangre. El negro Hurtado era el centro delantero más famoso del Túpac y la morocha Ruth Bolaños la más guapa, que nos sonreía mordiéndose los labios. Hasta que un buen día, la profesora de lengua y literatura, Cristina Mauriz de Osorio, nos leyó Warma Kuyay (amor de niño), el cuento de Arguedas que nos cambió la vida y que nos hizo llorar esa mañana. Todos queríamos ser el niño Ernesto que se enamoró de la Justinacha y nuestra profesora, que era rubia y de ojos verdes, se convirtió en ese puntito negro que era Justina y que cantaba: Flor de mayo, flor de mayo/ flor de mayo primavera/ por qué no te libertaste/de esa tu falsa prisionera.
Entonces Arguedas penetró en cada corazón de esos muchachos que empezaron a querer los ríos profundos de una país de todas las sangres y que nos permitió mirarnos todos en aquel salón inolvidable: cholos, negros, zambos, morochas, mulatas, chinos, blancos, limeños, serranos, selváticos, que nos pusimos a llorar dejando de lado toda la palomillada cuando en la voz de la hermosa profesora escuchamos: “Ese puntito negro que está al medio es Justina. Y yo la quiero, mi corazón tiembla cuando ella se ríe, llora cuando sus ojos miran al Kutu. ¿Por qué, pues, me muero por ese puntito negro?”

Años después, en la universidad, llegó a mis manos la novela Yawar Fiesta (fiesta de sangre) y después de leerla, agarré mi mochila y junto a una negrita soñadora, nos fuimos “tirando dedo” por partes, hasta Puquio, para conocer aquel país misterioso donde vivíamos. Fue un viaje inolvidable y tierno, cuando divisamos el pueblo desde una cumbre como en la novela, miramos el cielo distinto y vimos los gavilanes negros. Escuchamos charangos y quenas y cantamos de alegría…el latido de nuestros corazones cambió de pronto y se agitó para siempre de una manera distinta, porque entonces aprendimos a querer nuestro país y la ternura y el amor sin límites de los indios, se instaló para siempre en nuestras almas.

Así conocí a Arguedas y después le escuché hablar y cantar en una grabación histórica que editó la Escuela Nacional Superior de Folklore que lleva su nombre y donde el antropólogo Rodrigo Montoya Rojas, nos cuenta que el autor de El sueño del Pongo, “aprendió a oír el canto en las espaldas de las mujeres quechuas que le cargaron llenas de amor porque era un niñito blanco y hermoso, parecido a Jesucito…ahí aprendió el amor, el quechua, el canto y la ternura…y con los niños de su edad, cantaba en las noches de luna deseando crecer y ser grandes como el Kutu, para enamorar a Justina, la adolescente más linda del mundo…”

José María Arguedas Altamirano, nació en Andahuaylas, Apurímac, un 18 de enero de 1911 y vivió en una hacienda de indios junto a su madrastra. El mismo nos dice: “Soy hechura de mi madrastra, que era dueña de medio pueblo y tenía servidumbre indígena y el tradicional desprecio y rencor por los indios. Ella decidió que viviera con ellos, mi cama era una batea donde se amasaba el pan y dormía sobre unos pellejos, un poco sucios, pero bien abrigadores, y viví feliz, entre el fuego y el amor, donde aprendí la ternura de los indios, el amor a ellos mismos y el amor a la naturaleza, a los montañas y los ríos y el odio contra quienes les hacían padecer…”

Su vida entonces, dura y difícil, le hizo escribir sobre el dolor y la tristeza y también la alegría en el  alma de los pobres, de los indios despreciados por el poder, de los pueblos humillados y olvidados, de su cultura mágica, que le convirtió en el escritor más entrañable de la patria, cuyo trabajo literario y su aporte antropológico para reivindicar las manifestaciones culturales y artísticas, nos sirven ahora para seguir buscando esa identidad de los peruanos para con nuestro país, que el escritor consideró como una fuente infinita para la creación.

No en vano en su discurso memorable cuando recibió el premio “Inca Gracilazo de la Vega” en octubre de 1968 dijo: “No hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y color, de amor y odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores. No por gusto, como diría la gente llamada común, se formaron aquí Pachacamac y Pacahacutec, Huamán Poma, Cieza y el Inca Garcilaso, Túpac Amaru y Vallejo, Mariátegui y Eguren, la fiesta de Qoyllur Riti y la del Señor de los Milagros; los yungas de la costa y de la sierra; la agricultura a 4 mil metros; patos que hablan en lagos de altura donde los insectos de Europa se ahogarían; picaflores que llegan hasta el sol para beberle su fuego y llamear sobre las flores del mundo. Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso. En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta qué tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros…”

Como analiza el padre Gustavo Gutiérrez en su libro Entre las Calandrias, “Arguedas es el escritor de los encuentros y desencuentros, de todas las razas, de todas las lenguas y de todas las patrias del Perú. Pero no es un testigo pasivo, no se limita a fotografiar y a describir, toma partido.

Y es verdad, José María ha sido un rebelde siempre, conocedor de los prejuicios del alma humana, especialmente en contra de sus hermanos indios, incluyéndose él mismo. En 1949 es cesado por comunista, obtiene el grado de doctor en letras en 1963. En 1965 se divorcia y luego, en 1967, se casa con la chilena Sybila Arredondo. El 28 de noviembre de 1969 se dispara un tiro en la cabeza y según mi amigo, el sociólogo Luis Ramírez Germany, que hoy vive como Arguedas, con los indios de Ayacucho, el escritor no se suicidó, sino que se cansó de vivir. 

José María escribió en español, pero sufrió en quechua, atento a los latidos de su país. Lo escucho cantar en quechua y mi memoria me devuelve aquel cielo de Puquio y algunos sonidos lejanos de un rondín y la voz de mi profesora Cristina, a quién no he vuelto a ver más. Arguedas me conmueve otra vez y vuelvo a llorar con mis recuerdos.     
 




domingo, 23 de enero de 2011

♠ LITERATURA Y POESÍA QUE CONTRIBUYEN CON LA LIBERACIÓN DEFINITIVA DE LA HUMANIDAD


Las tendencias dentro de la literatura

 en la actualidad en el campo de las vanguardias. Por JPQ*   
ALEMANIA-Berlín: La poesía es la Flor siempreviva, cuyos colorido y pétalos vitales miden la jardinería del tiempo. Cada pétalo es epocal, transitorio, pero lo mejor de su perfume se queda absoluto. Ella es silenciosa pero sensible, y la advertimos cuando hay un anuncio de cambio de una a otra estación [AR] [1].

Las tendencias literarias, en su expresiones, emergen de la diversidad de las contradicciones sociales, sean estas globales como singulares, y ellas tienen dentro de los diversos movimientos de la actualidad una influencia decisiva para el comportamiento de sus actores como creadores en cuanto a sus realizaciones individuales.

La diversidad de temas, también nos indica una diversidad de reflexiones sobre los mismos. Y muchas veces la elección del tema en lo que va del momento actual -siempre cambiante -es una decisión de algo que es trascendente frente a la totalidad de los problemas que nos rodean, como por ejemplo, lo relacionado con la paz y contra la violencia, algo sentido y anhelado por sus protagonistas, como Carlos Martín Valenzuela Quintanar nos escribe: Que los sueños nos permitan crecer. /Que la vida, nos enseñe a vivir. /Que la sencillez sea el camino para andar. /Que el amor, sea río fértil. /Que la armonía sea reflejo de los ojos. /Que las manos, lleven calidez al ser. /Que los corazones se llenen de alegría. /Que al fin logremos entender el idioma de nuestra madre tierra...[2]

El poeta, a veces, necesita relacionar estos dos campos de la creación en un nexo más universal, pero al mismo tiempo le entrega su propio matíz personal.
Por eso, considero, que la literatura y la poesía de nuestra época tienen que abrir con las vanguardias las instancias de reflexión y de trabajo genuino frente los problemas transcendentales de nuestro tiempo, pues la realidad convulsionada, en estas formas verosímiles, sobrepasa muchas veces todo lo que nos parece inverosímil o lo creado por fantasía.

Y, como nos damos cuenta, la realidad mexicana con sus olas de violencia nos impacta, nos afecta – tal como hoy en día se da en sus nuevas fascetas-, pues esa realidad no lo habíamos contado en nuestros pensamientos. Y quién iba a pensar y siquiera imaginar que un país que se mide de igual a igual con los países ricos y que culturalmente es abundante en todo tipo de tradiciones y de generosidad para sus vecinos y lleno de solidaridad para el mundo se vea así afectado por la corrupción, las drogas, las mafias, los paramilitares, la muerte en miles de casos, la inseguridad y hasta la pobreza.

O como también escribe Zaida Cristina, denunciando la violencia de su país, en México, en el poema LLANTO POR MARISELA ESCOBAR: Hoy mi Patria se quiebra y desmorona, /su gloria es la transa y la maldad, /sus aguas son fango salitroso /y nuestro alimento rastrojo sin sabor./ Me dueles hasta el alma ¡Patria mía! La que un día fuiste doncella casta, /raptada por Velarde, por Pellicer cantada, /hoy, cual doliente fantasma, desgreñada /gimes por tus hijas, impunemente masacradas. /Patria, vendida, violada y traicionada. [3]

El papel que en la sociedad debe de jugar la intelectualidad y los poetas es importante para el esclarecimiento y para hacer un llamado a la consciencia histórica frente a los mejores designios de nuestros pueblos, pero esa consciencia – como me escribe Carlos Martín Valenzuela Quintanar: “no debe estar alertagada ni mucho menos pasiva, debe actuar pero con inteligencia con las armas del saber, de la exigencia a sus derechos pero lo más importante 'unida', sola será una voz sin eco, como un grito en lo más lejano de un desierto.”

En Isla Negra, edición poesía rompe silencio de septiembre de 2010*, se reproduce una selección de poetas internacionales que nos invitan a hacer una reflexión contra la violencia en este hermano país, y que de cierta manera también en otro grupo de países latinoamericanos y de África.
Los testimonios de los poetas son elocuentes como lo muestra el poeta salvadoreño David Escobar Galindo en su poema Duelo ceremonial por la violencia III: Húndete en la ceniza, perra de hielo, /Que te trague la noche, que te corrompa /La oscuridad; nosotros, hombres de lágrimas, /Maldecimos tu paso por nuestras horas...Ah si el violento asume la ley del aire, /Si aprieta en hierro impuro vidas y haciendas, /Si desala sus pozos de hambre sin dueño, /Si desenfunda el cáncer de su inconsciencia... [4]

La mexicana Lina Zerón en su poesía social concreta Un gran país, demuestra lo polarizado de las contradicciones sociales existentes y que alcanzan los niveles de una situación existencial muy cruda, y ella en sus relaciones y nexos los anima, los hace centrífugos:Vivo en un país tan grande que todo queda lejos /la educación, /la comida, /la vivienda. /Tan extenso es mi país /que la justicia no alcanza para todos.

Pero también la poeta de Xalapa, en Veracruz, Angélica González Macías, en su poema Amor de patria, intenta buscar esa defición de lo que es ella, precisamente, en la hora actual de la identificación existencial de los hombres. Los versos limpios, anhelantes y cargados de ternura, van descubriendo ese cuerpo y espíritu infinito, histórico pero fundamental que transcribe lo que los hombres de abajo sienten, y que no se hallan en los torsos o las definiciones de las historias engañosas -como se ha hecho la historia de los vencedores-. La poeta invierte y contradice la imaginación que la ha fecundado de otra manera, ella invoca ese cuerpo de la patria, como el cuerpo de un amante y lo viste de realidad y le da sus pertenencias en esta hora necesaria. Su sensualismo emerge pleno y vital dentro y fuera de ese cuerpo inagotable:

La patria es como el amor, tan inasible /Nace que nace por boca, boca que agarra los labios /Besa que besa los ojos, dedos, narices y manos/ La patria es soñar despierto, garabateando las horas /la patria te lleva encima, te lleva dentro, tan sola /la patria es ésa que aún, no ha salido de los sueños /la patria es la que hace manos, y hace tripas el cerebro /la niña que vive en ojos, y rebota en el recuerdo /la niña es esta nación, que se ha volado de incendios /es sirena imaginada, que se asolea los lamentos /patria que se inventa sola, con cascabeles al cuello /es dama de trapo y fuego, de miel y espinas por dentro /la patria, patria de ojos, papel de luna por dentro /la patria de los Velarde, indescubierta por cierto /la ráfaga de la patria, patria no estás y te encuentro
/ésa la del nombre verde, y el espíritu sangriento /el imperio cabalgando sobre los dientes de un perro /patria del papel de china, del papel de tu esqueleto /carta en la mano que dice: /No te he buscado y te encuentro.

En la musicalidad y el propio acento del soneto México de mi vida, ve la mexicana Griselda Álvarez Ponce de León a su país personalizado en un niño, el niño que también muestra su orfandad, la esencia del marginalizado dentro de la miseria material del drama diario:

Yo te miro en un niño de la calle, /cofre arriba limpiando un parabrisa /con la carita ayuna de sonrisa, /[ni una razón a que la risa estalle]. /El vidrio diáfano “¡qué no se raye!”. /Mientras el porvenir del sin camisa: /violado por cualquiera, droga, prisa, /ganador de la vida en bocacalle. /Oscura piel de mugre sin aseo, /mirada con dureza que me embiste, /un sólido rencor que deletreo, /huesos al aire, niño que resiste. /Y ahí, aún en pie, ahí te veo /México de mi vida, imagen triste.

En su poema Del fuego, acaso, lo que Blanca Luz Pulido nos descubre con su simbolismo cálido, a veces escéptico, entre el fuego y el viento, entre lo que es llama vital y la que se apaga, entre lo que nace y lo que muere, entre lo que se forma y se desforma, lo que se oye de cerca y a la distancia, entre lo que se conoce y nos perturba, entre lo que se desea y no se encuentra, entre lo que se intuye y la espera, esos vasos comunicantes de lo que es lineal y lo que es circular con los acontecimientos perturbadores.
El fuego y el viento son confluencias que se atraen en la voz de la poeta mexicana, uno forma al otro, ellos son constantes como la existencia y el drama que la habita.

/Toda la noche vi crecer el fuego /y no pude tocarlo /ni sumarme a su encuentro luminoso.
/Toda la noche supe de su danza /de su comercio con el viento /y no quise sumarme a su llegada /ni celebrar su magnífico retorno. /El fuego es la renuncia de las cosas /a su aspecto tenaz, a su dibujo. /Toda la noche vi crecer el fuego /y no conocí su voz /ni apuré su llama. /Y aquí estoy.

La voz de poeta mexicano Jaime Torres Bodet [1902-1972], anteriormente reflejó también el momento como hoy otras generaciones lo repiten de manera diferente. Su poema Civilización alcanza en su voz expansiva los rasgos más realistas e impresionantes que superan a cualquier fantasía o el invento de una realidad, y cuya singularidad penetró hasta las mismas esencias globales contemporáneas : Un hombre muere en mí siempre que un hombre /muere en cualquier lugar, asesinado /por el miedo y la prisa de otros hombres...[5]

O como también en una trasmutación de muchos de los siglos de subsesión histórica y de colapsos sociales extremos fue recepcionada en forma genial por el poeta peruano César Vallejo en su poema Los nueves monstruos: I, desgraciadamente, /el dolor crece en el mundo a cada rato, /crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, /y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces / y la condición del martirio, carnívora voraz, /es el dolor dos veces /y la función de la yerba purísima, el dolor /dos veces /y el bien de sér, dolernos doblemente. /Jamás, hombres humanos, /hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, /en el vaso, en la carnicería, en la arimética! / Jamás tánto cariño doloroso, /jamás tan cerca arremetió lo lejos, /jamás el fuego nunca / jugó mejor su rol de frío muerto! ...[6]

Las tendencias en el Arte y la Literatura se desarrollan a medida que estas contradicciones sociales se establecen en las reflexiones de la intelectualidad, y esa intelectualidad las alumbra con las propias emociones de nuestro tiempo repetitivo pero diferenciado.

Las generaciónes actuales son contrarias al pasado conservador hecho tiempo de una subsesión histórica y guiadas por las clases que solamente han mutado en su dominio -como nuevos virreyes sin corona-, pero que siguen determinando el tiempo actual. Ellas son conscientes, que donde no prevalece lo verdadero, se levanta el sueño de la pura fantasía, que va y que viene con sus diversiones, sin reflexión alguna, pero que disloca la realidad o la ignora totalmente.
El camino de la fantasía no debe de trasgredir la regla en la cual solamente priman la individualidad ajena al prójimo y a su tiempo. La fantasía no se debe de convertir en un perturbador de su tiempo, sino con su mismo tiempo saberse medir y alcanzar su propia dimensión en la dimensión humana [AR]. Ya como hemos visto, durante la Edad Media, muchos cientos de novelas de caballería llenaron sus espacios, pero la gran mayoría no han prevalecido en el tiempo como ha sido el inmortal “Don Quijote”.

Si es verdad que aquí la poesía cumple su función social y es reflejo y la expresión de una consciencia crítica de su tiempo - el calalizador de una sociedad-, entonces, los mismos intelectuales tendrían que reaccionar ya no desde sus propios escritorios [RGC], sino con el empuje y la razón sobre los mismos efectos negativos de la misma sociedad; pues ante el hecho histórico descubierto y trasmitido en sus metáforas, ya no hay que responder de qué lado el dado del destino siempre nos empujará al abismo, sino con el mismo poema en la mano pero con la iniciativa del cambio, confrontar al mismo destino con una iniciativa organizada. Pues como vemos, el poeta también es el inspirador social intelectual, es el testigo y el actor de su tiempo, él que despierta nuevas ideas de renovación y superación.
La comunicación nos globaliza, ella nos ha traído toda una serie de temas nuevos, que también se comparten y se confrontan en los escenarios mundiales, y ellos mismos los vemos en los diversos movimientos internacionales que se han formado y que desde hace un buen tiempo vienen irrumpiendo con sus publicaciones, y que con sus programas y praxis son ya una fuerza establecida frente a los acontecimientos mundiales. Por ello, también consideramos, que no hay una posibilidad del cambio social frente a lo establecido sin el fundamento de una cultura que contenga en lo esencial una estrategia de un manejo político y la praxis del cambio.

Bernau, enero de 2011 

Notas:

[1] AR: Correspondiente a la dialectica repetitiva y diferenciada, a la estética del devenir diferente [Del autor].
[2] De la correspondencia entre el autor y Carlos Martín Valenzuela Quintanar, fechada en Hermosillo, Sonora, México, 30 diciembre 2010.
[3] Fragmento de un Poema enviado en un E-mail a Poetas de la Tierra, en enero de 2011. También trascribimos el testimonio de la misma poeta Zaida Cristina.
LOS HECHOS: En agosto de 2008 fue asesinada la joven Ruby Marisol Frayre a manos de su pareja, Sergio Barrasa, quien después de mutilar el cuerpo lo arroja a una zanja.
Los hermanos y madre de la víctima, Marisela Escobar, después de una acuciosa búsqueda, localizan al asesino y dan parte a la justicia. Tras un juicio rápido, Sergio Barrasa confiesa su crimen, mas los jueces [Catalina Ochoa, Nezahualcóyotl Zúñiga y Rafael Boudio] liberan al criminal.
La madre de la víctima, Marisela Escobar, organiza un movimiento cívico exigiendo justicia y recorre las calles por varias ciudades. Luego establece un campamento frente al palacio del gobierno de la capital del estado de Chihuahua; en el noveno día de su plantón Marisela es asesinada a la luz del día y a las puertas del palacio de gobierno. Días más tarde el comercio de la familia de Marisela es incendiado. Durante 2010 fueron denunciados 1,368 feminicidios en el territorio mexicano ¿Cuántos de ellos han sido castigados?
[4,5] En algunos de los poemas transcritos por el autor, solamente han sido tomados algunos fragmentos.

*Gabriel Impaglione, poeta y publicista, dirige la revista virtual Isla Negra.
Archivos adjuntos de gabriel impaglione
Archivo 1 de 1
Isla Negra 256 no violencia.doc

JPQ* [José Pablo Quevedo] Embajador - Alemania de PPdM:
http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_europa.asp?ID=836

martes, 18 de enero de 2011

♠ YO NO SOY UN ACULTURADO: José María Arguedas


"Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido".

José María Arguedas (Discurso al recibir el premio Inca Garcilaso de la Vega, 1968)


Nota: Aculturación se refiere al resultado de un proceso en el cual una persona o un grupo de ellas adquiere una nueva cultura (o aspectos de la misma), generalmente a expensas de la cultura propia y de forma involuntaria. Una de las causas externas tradicionales ha sido la colonización.

domingo, 16 de enero de 2011

♠ JOSÉ MARÍA ARGUEDAS Y EL FUTURO

“Los ideales de Arguedas no son arcaicos, apuntan al futuro” 
Este martes 18 de enero se cumplen cien años del nacimiento del escritor José María Arguedas (Andahuaylas 1911-Lima 1969). El autor de Los ríos profundos, Todas las sangres y El zorro de arriba y el zorro de abajo dejó un legado que ahora es revalorado con homenajes nacionales e internacionales y con el anuncio de la edición completa de sus estudios antropológicos. Carmen María Pinilla, estudiosa de su obra, hace aquí un acercamiento a sus ficciones, pero también a su vida atormentada, marcada por los contrastes.

Por Cynthia Campos

“Dicen que ya no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor. Dicen que nuestro corazón tampoco conviene a los tiempos (...). Dicen que algunos doctores afirman eso de nosotros”, escribió  José María Arguedas en 1966 en un texto que tituló Llamado a algunos doctores. Líneas después, los desafiaría: “Saca tu largavista, tus mejores anteojos. Mira, si puedes. Quinientas flores de papas distintas crecen en los balcones de los abismos que tus ojos no alcanzan, sobre la tierra en que la noche y el oro, la plata y el día se mezclan”. Arguedas lanzaba así el reto: entender el ande con una nueva mirada, una que valore la riqueza de la cultura andina como la de todas las culturas que habitan el Perú, para lograr un país, como en el título de su novela, de todas las sangres. 

El reto de repensar a Arguedas sigue vigente y fue el propio Mario Vargas Llosa quien recordó al autor en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2010. Vargas Llosa saldaba con él una deuda que tenía desde que publicó La utopía arcaica (1996) y los expertos de la obra de Arguedas, como Alejandro Ortiz Rescaniere y Rodrigo Montoya,  le salieron al encuentro. La especialista Carmen María Pinilla, miembro de la Comisión del Centenario de José María Arguedas, nos acerca a esta polémica y a la vida y obra del autor de Yawar Fiesta.

–¿Mario  Vargas Llosa ha cambiado su visión sobre la obra de José María Arguedas. Ya no la considera ‘arcaica’?

–En primer lugar, Mario Vargas Llosa admira a Arguedas. Es un admirador sincero de la obra de Arguedas y la ha estudiado a profundidad. Lo que pasa es que él considera que José María Arguedas siente alguna añoranza porque se está perdiendo la tradición andina, pero Vargas Llosa interpreta esta añoranza como un deseo de regresar a ese orden andino, de que no cambie, de que se quede congelado. Entonces, sí, pienso que con este último discurso Mario Vargas Llosa ha enmendado el calificativo de ‘arcaica’ a la utopía de Arguedas, o a los ideales de Arguedas. No son arcaicos porque los ideales de Arguedas no son regresar al pasado sino más bien utilizar valores del pasado, que existen todavía en las poblaciones actuales, herederas del pasado incaico, y que esos valores tengan una utilidad en el futuro. Por último, sería en todo caso la utopía de todas las sangres, como dijo Rodrigo Montoya.

–¿Qué hace al mensaje de la obra de Arguedas un discurso tan actual?

–Este proceso por hacer del Perú un país de todas las sangres sigue vigente y las expresiones culturales del ande también; no se opacan en absoluto con la llegada de las tradiciones occidentales. Aún ahora sucede eso. Mira, por ejemplo, en Gamarra, las creaciones de los empresarios de origen andino tienen todos los colores del ande. Fíjate en la música chicha. Nuestro idioma también está lleno de imposiciones de la cultura quechua. No es que se va a arrasar con el pasado; se está demostrando que eso no es así necesariamente. Además, Arguedas habla de segregación y discriminación, que son problemas que se viven aún ahora en todas partes del mundo, por eso lo estudian en España, en Alemania.

–Pero el mensaje arguediano ha sido aprovechado políticamente también. Alejandro Toledo, por ejemplo...

–Claro. Sin ir más lejos, también el gobierno de Fernando Belaunde. Belaunde apreció la obra de Arguedas y muchas veces se inspiró en ella, incluso lo invitó a ser director de la Casa de la Cultura. Esa es la propiedad y la actualidad de Arguedas, que es de todos y no puede ser apropiado por un partido político o un determinado sector, ya sea de derecha o de izquierda.  Es algo parecido a lo que sucedió también con la figura de Túpac Amaru en los tiempos de Juan Velasco Alvarado. Pero está bien que Toledo lo cite porque lo difunde, y en la medida que lo lees te das cuenta de que no es el mensaje de Toledo sino el de Arguedas. 

Arguedas en su tiempo

–¿Cuáles son los hechos que marcan la escritura de José María Arguedas?

–Como dijo Alberto Flores Galindo, Arguedas vivió los procesos sociales más importantes del Perú en el siglo XX. Entre los 9 y 14 años vio nacer los grandes movimientos reivindicatorios del indio en la sierra. Entre los 20 y 23 años ve la serie de levantamientos de los indígenas en contra del gamonalismo, que había alcanzado altísimos niveles de explotación. Además, su padre era juez de primera instancia en Puquio y tenía que recorrer con él varias regiones en el país. Ello sin contar que, desde niño, el escritor estuvo expuesto a los contrastes. Mientras el padre salía de viaje, la madrastra en casa lo maltrataba y lo exiliaba al mundo de la cocina, con los indios. Cuando el padre regresaba, lo peinaban, lo limpiaban y lo sentaban en el comedor principal. Él pudo ver ambos mundos, del indio y del gamonal con todas las desigualdades y contrastes entre ambos, desde muy chico. 

–En Lima también ve estos contrastes...

–Sí, en la década del 40 van a intensificarse los movimientos migratorios que cambian totalmente el rostro de las ciudades. Todo esto va a cambiar la situación en el ande y, coincidiendo con el empobrecimiento del agro, se produce el deseo de emigrar, de abandonar el campo, la agricultura tradicional. Esto significa un cambio total en la costa, donde Arguedas es testigo de cómo se van formando los pueblos jóvenes, las barriadas. Él frecuenta estas barriadas, tiene allí amigos músicos, folcloristas, y los visita frecuentemente. Por eso es que critica a Luis Felipe Angell (Sofocleto) cuando este publica su novela La tierra prometida, y –según Arguedas– las presenta como una realidad deformada y sin futuro. Arguedas dijo que no es así y quiso demostrarlo en su última novela El zorro de arriba y el zorro de abajo cuando presenta en el escenario del mercado a migrantes de distintas partes del Perú que caminan juntos y luchan por un proyecto común. 

La realidad golpea como un río

–Se dice que uno de los mayores aportes de Arguedas ha sido revalorar la figura del indio...

–También lo creo, pero se ha prestado a exageraciones. Es un tema que le han achacado mucho, sin embargo el mismo Arguedas se defiende diciendo que él no retrata solo al indio. Él dice que para expresar al indio él tiene que expresar con la misma agudeza a los personajes que hacen del indio lo que es. Es decir, él trabaja con el mismo ímpetu al gamonal, al patrón, a los jueces, a los curas, al gendarme, etc, y los presenta a todos –incluyendo al indio– con sus virtudes y sus defectos. Su objetivo es otro. Él dice muchas veces qué es lo que le lleva a escribir. Dice que los dos grandes objetivos de su vida son mostrar una realidad desconocida –o mal conocida por los prejuicios– y luego golpear como un río la conciencia del lector. Por eso luego va a complementar su vocación literaria con la de científico social, de antropólogo.

–Una de las acciones en homenaje por el centenario es editar la obra completa de los estudios antropológicos de Arguedas. ¿Cómo va ese proyecto?

–Los esfuerzos han sido inmensos y finalmente se consiguió que el señor Humberto Damonte publique la obra antropológica de Arguedas este año, posiblemente a mediados de mayo. Mira qué importante es: la obra antropológica tiene 7 tomos, la literaria 5. Ha sido un gran trabajo, conseguir documentos de revistas, libros y archivos especializados del Perú y del extranjero. 

Amistad poética

–Este año se cumple también el centenario del nacimiento del poeta Emilio Adolfo Westphalen, íntimo amigo de José María Arguedas. Usted estudió la correspondencia entre ambos. ¿Cómo era esta amistad?

–Maravillosa y alturada. En mi libro Apuntes inéditos. Celia y Alicia en la vida de José María Arguedas se reúnen numerosas cartas, muchas de ellas de Emilio Adolfo Westphalen. Y es que cuando ellos se escribían había siempre una parte dirigida a los amigos y otra parte para  las esposas. Se dirigían o bien a Celia o bien a Judith Ortiz Rescaniere, artista plástica, hermana de José Ortiz Reyes, otro gran amigo de Arguedas. En esas cartas se habla de literatura, de política. Además, cuando Arguedas está con sus alumnos quechuahablantes les da a leer poemas de Westphalen. Es un amigo muy tierno. Arguedas se preocupa mucho por las hijitas del poeta, Silvia e Inés. Se ayudan, se aconsejan. 

–También se burlan de Pablo Neruda.

–(Ríe). Sí, les parece horroroso el poema que hace Neruda a Machu Picchu. 

–Las mujeres jugaron un rol importante en la vida amorosa de Arguedas, pero parece quejarse siempre...

–Lo que pasa es que Arguedas era enamoradizo y enamorador. Su primer gran amor fue Celia Bustamante Vernal, pero antes tuvo varias relaciones, no tan fuertes. José María y Celia, que ya se habían conocido en la peña Pancho Fierro, se enamoran cuando ella lo visita y ayuda en la prisión El sexto, en compañía de su hermana Alicia, quien pertenecía a Socorro Rojo (organismo del Partido Comunista). Arguedas estaba preso por protestar contra un general fascista que visitó San Marcos. Viven 26 años de un matrimonio feliz para todos los que los conocieron. Pero él frecuentemente se queja de insatisfacción. A la par, tiene varios amoríos que no llegan a nada. Solo uno es importante, el romance que tiene con Vilma Ponce, en Apata (Junín), que lo ayuda a terminar Los ríos profundos. Finalmente, se enamora de Sybila Arredondo, pero también se queja de insatisfacción. Con todo, cuando él se siente decaído, enamorarse e ilusionarse le despierta la chispa de la vida. 

–Pero la depresión le gana a la ilusión.

–Es característico de su tipo de personalidad. Esta personalidad que tiene sentimientos de muerte, que luego de la muerte de la madre vive en ambientes amenazantes. Con un padre casi ausente, tendrá luego problemas para mantener vínculos afectivos estables. Va siempre buscando a la mujer perfecta, virginal, algo que, evidentemente, no se puede alcanzar. 

Las crisis

–Otra mujer, su terapista Lola Hoffmann, es fundamental también.

–Sí, a partir de los años 60 él comienza terapia con Lola Hoffman. Arguedas dice que es ella quien le da el empuje para terminar su matrimonio con Celia. Pero luego Lola entrará en crisis también; muere su pareja sentimental y luego tendrán que quitarle un ojo por un problema de glaucoma. Esto afecta a Arguedas profundamente; su temperamento es bastante sensible. 

–Bastante sensible a las críticas también. La mesa redonda sobre Todas las sangres en el año 65 lo hirió de muerte...

–Esas críticas en el Instituto de Estudios Peruanos fueron devastadoras, pero no creo que hayan sido determinantes de su decisión de suicidio. Su situación afectiva, el problema de Lola Hoffmann –su ‘mama Lola’–, la situación política y social, el hecho de que siente que otros han hecho cosas mejor que él –como la traducción de los mitos de Huarochirí–, todo ello hace que no soporte más. Es curioso, en el psicoanálisis se ve que las personas que han tomado esta decisión radical sienten tranquilidad. Eso al parecer le ocurrió a Arguedas pues antes de morir hizo llamadas para despedirse de sus seres queridos, dio recomendaciones, escribió cartas.

Lo que dice en el último diario, incluido en El zorro de arriba y el zorro de abajo, lo corrobora. “He sido feliz en mis llantos y lanzazos porque fueron por el Perú; he sido feliz con mis insuficiencias porque sentía el Perú en quechua y en castellano (...). En la voz del charango y de la quena lo oiré todo”. Sí lo oyó. Pero fue después de que sus amigos trasladaron su cuerpo a escondidas para que fuera enterrado en su tierra, Andahuaylas. Lo oyó todo:  las danzas, los charangos, las quenas y los cantos. 

En el Perú y el extranjero

El martes 18, el Congreso de la República realizará un homenaje a José María Arguedas, que será iniciado con la parte musical de Máximo Damián y Jaime Guardia. Seguirán las ponencias de expertos como Carmen María Pinilla. El miércoles 19, se inaugurará la muestra bibliográfica ‘Poética de un demonio feliz’, en la Biblioteca Nacional. Allí mismo se abrirá la mesa redonda ‘Literatura y realidad andina en la obra de José María Arguedas’. El mismo día, la Universidad Agraria de La Molina rendirá otro homenaje, también con mesas redondas y testimonios. La revaloración de la obra del autor de Agua también será internacional. En Cuba ya se alista otra serie de actividades, convocada por la Casa de las Américas. En Roma, la Asociación Cultural Nuevo Horizonte también prepara un homenaje.